ORACIÓN ENTREGA POR JESÚS PARA
VENCER A SATANÁS Y SUS AGENTES
Ver nota al final.
"No deben temer por los numerosos agentes del enemigo. Hijos,
simplemente ofrezcan las Llagas, Dolores, y la Sangre de Mi mano izquierda por
su caída; los verán desaparecer como cenizas"
ORACIÓN
¡Todos ustedes, gran número de enemigos de la
Santa Muerte de mi Señor Jesucristo en la Cruz del Calvario, príncipe de las
tinieblas y la iniquidad, padre de los mentirosos!
Yo me apoyo en la muerte de mi Señor
Jesucristo, y ofrezco Sus dolores, Llagas, y la Preciosa Sangre de Su mano
izquierda al Padre Eterno, por vuestra caída, destrucción y castigo.
¡Sangre Preciosa de mi Señor Jesucristo; reina en mí y en las vidas de todos los hombres! Amén
¡Sangre Preciosa de mi Señor Jesucristo; reina en mí y en las vidas de todos los hombres! Amén
Comentario:
Es bueno que ustedes sepan que si están en permanente pecado, el demonio mora
junto a ustedes. Jesús lo ha dicho, hay una lucha constante entre el bien y el
mal. Por la envidia del demonio, Adán cae en el pecado y arrastra a toda la
humanidad. El demonio no se ve, pero está junto a los pecadores y los considera
casi como propios. Por ello defenderá con todas sus armas a los que cree le
pertenecen y tratará de mantenerlos en el pecado. Cuando el alma aspira a la
conversión y entra en ese proceso, a veces bastante largo, de tomar la decisión
de abandonar el pecado, es cuando el demonio utiliza todas las armas posibles
para impedirlo. Dios lo permite porque quiere que el alma libremente lo ame, y
quiere que luche contra el demonio y salga victoriosa. Es necesaria esta lucha
para la salvación del alma. Como siempre de lo malo, Dios saca lo bueno.
Por todo esto, son muy importantes todas estas
oraciones de protección y defensa contra Satanás y sus agentes.
Por nuestra experiencia, cuando ya nos encontramos
en este proceso definitivo, de abandono del pecado, es cuando nos vamos a
sentir más solos, estamos a merced del demonio y no solamente ataca con fuertes
tentaciones sino también puede mover objetos, se pueden desaparecer cosas
importantes para nosotros, desperfectos en maquinarias domésticas (más de una,
en un corto periodo de tiempo), conflictos laborales, en la familia, etc., etc.
Entonces el alma piensa: ¡Pero cómo es esto! Me acerco a Dios y me castiga.
Pero no es Dios quien castiga, la esta probando, está dejando al alma dar la
batalla y espera amorosamente que la gane.
El mejor consejo que les podemos dar, no
demorar el proceso, acudir a la confesión cuanto antes, comulgar y rezar el
Santo Rosario todos los días y alguna de estas oraciones de protección.
No
se les olvide que el demonio no es uno solo, son muchos y están ingenuamente
seguros que ganarán la batalla final. Pero eso no es así.
¡Sangre
Preciosa de mi Señor Jesucristo; reina en mí y en las vidas de todos los
hombres! Amén
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